
Envío de propuestas: Hasta el 31 de mayo de 2020
Envío de propuestas: Hasta el 31 de mayo de 2020
Envío de propuestas: Hasta el 31 de mayo de 2020
ENVÍO DE PROPUESTA
Existe un habitus aural que pasa desapercibido por nuestros oídos. Un habitus aural enraizado en la uniformidad de nuestros ecosistemas sociales, en las repeticiones invasivas musicales y sonoras de los medios de comunicación, y por las políticas estéticas y económicas de las instituciones de gobierno. Esta raíz germina fácilmente ante la falta del estimulo a emprender el ejercicio de la voluntad que significa escuchar. Estas circunstancias sugieren que nuestra educación sonora se establezca en registros muy cortos y casi siempre musicales. El grupo Pensar sonido, pensamiento y creación, dirigido por Jaidy Díaz, es un espacio que busca des-habituar la escucha para más bien convocar el extrañamiento de los actos sonoros para ampliar el rango de la escucha e incluso de la percepción. Un extraño desbarajuste del cuerpo: escuchar con los ojos, ver con los oídos y percibir con esfuerzo, abren preguntas a un cuerpo tanto colectivo como individual que se recompone y entiende las dimensiones de escucha como un sistema de valores políticos y estéticos únicos, enraizados en la propia experiencia del mundo. De-colonizar nuestra escucha significa perforar la homogeneidad de la oreja colectiva; perforación griega, en su forma teatral, que admite la convivencia de lo heterogéneo, lo polifónico e incluso lo ruidoso. Abrir la oreja a la escucha, significa desatorar siglos de historia musical de nuestra percepción, agrietando canales perceptuales rancios para iluminar fenómenos singulares en los que el cuerpo-escucha deviene su propio agente de territorios, memorias, materiales y poéticas audibles únicas. Fijar los limites de la escucha así como sus posibilidades e imposibilidades es excluyente puesto que en el habitus uno se excluye de lo que está excluido. Con poca atención sobre nuestra educación aural, enmarcada históricamente como algo reservado a las y los profesionales de la música, a finales del siglo XX y aún hoy, el debate por la conquista de los territorios expandidos expansiones , nos encarga habitar la sospecha y la apertura; la sospecha de los limites de los sentidos, el cuerpo y las disciplinas, y, la sospecha de las herencias de la modernidad que impulsó clasificaciones, taxonomías de formatos, géneros, y prácticas en una ansiedad determinista de polaridad y binarismo. Desde nuestro lugar de activación de la escucha, Bogotá, en medio de las prácticas de creación interdisciplinar independientes y de los procesos de formación artística de la maestría interdisciplinar de teatro y artes vivas, la escuela de artes plásticas y visuales y la Société Pitouch, acogemos la escucha como fenómeno político, ético y estético. Sus figuras predominantes: el Escuchatorio y los laboratorios de creación ofrecen resistencia a una escucha unificada haciendo ruido a nuestra experiencia sensible que deriva en procesos de creación y acción poética únicos. Algunos elementos prácticos y conceptuales de estas experiencias con la materia sonora como sustancia de creación, y de la escucha, esperan ser puestos en relación con ustedes.